El agua en el hogar (II)

El agua en el hogar (II)

Escrito por: Leticia    26 marzo 2010    2 minutos

El deposito de reserva y las cisternas de los retretes se alimentan directamente de la tubería maestra, la entrada de agua en la cisterna del retrete se regula mediante una válvula de flotador. Cuando se suéltale agua de la cisterna (es decir, cuando se tira de la cadena) el flotador baja y permite la entrada de agua para que se vuelva a llenar. El retrete es el aparato que más agua consume en la mayoría de los hogares.

Las instalaciones de saneamiento de una vivienda tienen por finalidad canalizar todos los residuos sólidos y líquidos hacia un único punto de evacuación y, en el caso de las aguas fecales, sin que ello represente ningún peligro para la salud.

El sistema de saneamiento domestico se divide en dos partes: la red de tuberías sobre la tierra, que comprende las de desagüe de los fregaderos, inodoros, bañaderas, canalones, etc. y la red subterránea de conductos y conexiones agrupados bajo el nombre de colectores.

Es necesario utilizar bombas muy potentes para llevar agua a las casas altas o situadas en un monte. A veces hace falta una presión considerable, como cuando los bomberos combaten un incendio en un rascacielos; pues las bombas que sólo se valen de la presión atmosférica no pueden elevar agua a más de 10 metros.

Las bombas centrifugas pueden acoplarse directamente a un motor eléctrico y se utilizan mucho como bombas elevadoras en las distribuciones de aguas, en el desagüe o achique de las minas, como bombas de incendio, etc. Ofrecen además la ventaja de poder impulsar aguas fangosas, lo que permite emplearlas como bombas de dragado.

El agua es el líquido universalmente empleado en la limpieza, pero cuando hay que lavar algo grasiento, tenemos que añadir jabones o detergentes. El jabón consiste en unas largas cadenas de átomos de carbono e hidrogeno llamadas estearatos que en el agua se convierten en iones cargados que atraen hacia un extremo las moléculas de agua y hacia otro las partículas de grasa que arrastran la suciedad. El jabón no se disuelve en agua que contenga sales disueltas, la que llamamos agua dura y para suavizarla se hierve o se le añade un compuesto sódico.

Fuente | Agua – Ciencia Visión