El loro gris africano

El gris afriano (Psittacus erithacus), conocido popularmente como yaco, es uno de los loros más populares del mundo. Sin duda, su capacidad para reproducir el habla humana y su gran inteligencia hacen de este loro una de las especies más demandadas como mascota. Existen tres subespecies, dos de ellas se hallan protegidas y adscritas al Apéndice II de CITES. La tercera variedad, Psittacus erithacus princeps se encuentra en grave peligro de desaparición y catalogada en el Apéndice I.

El hábitat natural del loro gris es el centro del continente africano. Es fácil encontrar las dos subespecies más abundantes en Costa de Marfil, Tanzania, Kenia, Guinea, Congo, Liberia etc. Los princeps son originarios de las islas de Santo Tomé y Príncipe. Se discute si ésta es realmente una subespecie o una simple variedad territorial de la nominal (Psittacus erithacus erithacus).

Físicamente, los yacos destacan por las diversas tonalidades de gris de su plumaje. Lo más llamativo de su imagen es el color rojo intenso de la cola, en la variedad nominal. Los Psittacus erithacus timneh tienen menor corpulencia física que los primeros y algunas diferencias, como el color vinagre de la cola, pico más claro y un carácter menos exigente que los especímenes de la subespecie nominal (cola roja).

Algunas investigaciones equiparan la inteligencia de algunos grises africanos con la de un niño de tres o cuatro años. Irene Pepperberg es una etóloga y psicóloga de Estados Unidos, que durante años ha estudiado las aptitudes y el comportamiento de esta especie de loros. Las conclusiones de sus estudios vienen a ratificar lo que ya sospechábamos, los yacos poseen una sorprendente sensibilidad e inteligencia. La psicóloga Pepperberg inició sus experimentos con Álex, un gris adquirido, al azar, en un aviario de Chicago. La Fundación Álex es una institución creada por esta doctora, que sigue investigando el conocimiento de estos animales.

Los loros grises son aves muy longevas, pueden vivir más de cincuenta años. Decidirse a adquirir uno como animal de compañía exige un análisis previo, por parte de toda la familia, en el que deberán valorarse aspectos como la inversión económica, el tiempo a dedicar al animal etc. Un yaco en el hogar se convierte en un miembro más de la familia, con las consecuencias que de ello se derivan. Los grises son animales muy dependientes de sus dueños, mimosos e inseguros. La felicidad del ave dependerá, en gran medida, de nosotros y de nuestra dedicación y cariño.

Vía | Articuloz
Foto | Flickr-KCZooFan

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