El pato mandarín, el más colorido de todos

El pato mandarín, el más colorido de todos

Escrito por: Carmen Vargas    17 agosto 2014    2 minutos

A pesar de ser oriundo de China, Japón y Siberia, el pato mandarín se puede encontrar, hoy en día, en numerosos lugares de Europa, y es que al tratarse de ser una especie tan bella y colorida, perteneciente a la familia de las anátidas, ha sido introducida en nuestro continente y en numerosos parques de todo el mundo. Aún así, sólo el macho exhibe estos llamativos colores durante la temporada de cría.

Nos encontramos ante un pato pequeño que pesa alrededor de unos 500 gramos, muy elegante y de constitución robusta, que presenta unos ojos oscuros, un pico rojo, un copete también rojo con destellos de color verdoso sobre la frente y dos franjas anchas a los lados de color blanco o crema. Su pecho y garganta son de color morado, su vientre blanco, y de sus mejillas sobresalen unas plumas de color anaranjado. Por otro lado, en sus flancos nos podemos encontrar con dos bandas azules marginales que finalizan en otras dos franjas naranjas curvadas hacia arriba. Todos estos colores son los que lo hacen un pato más peculiar durante los meses de primavera y verano, aunque el resto del año el plumaje del macho es bastante parecido al de la hembra, es decir, de color pardo grisáceo.

El pato mandarín es un pato sociable que, durante el invierno, vive en grupo con otros miembros de su especie. Según se aproxima la primavera forman una pareja que, en ocasiones, no se separa, y una vez formada construyen el nido, generalmente, dentro de los huecos de los troncos de los árboles a una cierta altura. Ambos sexos participan en la incubación de los huevos y la nidada consiste de 9 a 10 huevos de color blanco.

Vía | Wikipedia
Foto | Flickr-Javier Pais