Antes: árboles artificiales. Ahora: ¡bosques artificiales!
Calentamiento global, cambio climático y emisión de gases de efecto invernadero parecen haberse convertido en frases huecas y sin sentido para algún sector de la ciencia. El 16 de julio me referí en Faunatura sobre la insólita idea de un grupo de científicos de la Universidad de Columbia, Nueva York que diseñaron un árbol artificial para desintoxicar el aire. Ahora, otro grupo de científicos del Instituto de Ingenieros Mecánicos Británico redobla la apuesta y no sólo se inspiran en el concepto de sus colegas americanos, sino que ya adoctrinan al mundo sobre la importancia de la implantación de bosques artificiales para reducir las emisiones de CO2.