septiembre de 2009

Escrito por: Luis G
14 septiembre 2009
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Las evidencias físicas y palpables de los efectos del calentamiento global parecen sucederse día tras día sin solución de continuidad. Algo está sucediendo en el planeta. Ahora son las morsas, las que, con su extraño comportamiento, nos advierten de otra señal de alerta. Miles de ejemplares están llegando a la costa noroeste de Alaska, huyendo del derretimiento del Ártico.

Escrito por: Olibana
14 septiembre 2009
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Kenia está atravesando desde hace varios meses por una de las sequías más brutales de su historia. La imagen de un elefante vertiendo chorros de agua fresca con su trompa es ya casi imposible de encontrar en estos áridos parajes del Este de África. El agua se ha convertido allí en un tesoro tan preciado que los que la encuentran sólo la usan lo necesario para su mera supervivencia.

Escrito por: Leticia
14 septiembre 2009
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Son muy agradables y pequeños cetáceos blancos, una especie de delfines que miden entre 3 ó 4 metros de largo y que apenas alcanzan una tonelada de peso. En pleno verano las aguas azules del Ártico se ven frecuentemente surcadas por las aletas de estas bestias, que jamás circulan solas como lo hacen sus gigantescos parientes delfines. Reunidas en bandadas, las belugas se deslizan a toda velocidad en superficie, haciendo que el agua forme remolinos sobre su lomo.

Escrito por: admin
13 septiembre 2009
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En el reino animal, existen diversas formas de prevenir y actuar ante una situación peligrosa, más concretamente, en el caso de enfrentarse a un depredador, encontramos en los animales muchos métodos y mecanismos de defensa. Desde los animales que directamente optan por escabullirse, los excelentes camuflajes de los reptiles en general hasta las zarigüeyas, quienes fingen estar muertas cuando se ven acechadas por un depredador.

Escrito por: Olibana
13 septiembre 2009
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La estrechez y la crueldad humanas han llegado hasta el sádico extremo de criar leones para la caza, en recintos especialmente ideados, similares al entorno salvaje en el que han crecido, pero mucho más pequeños, para liberar al animal, indefenso ante la mira del rifle del cazador y que le permite a éste realizar una proeza estúpida y carente de mérito: matar a otro ser vivo, sólo por la obtención de un trofeo.