Las abejas: excelentes voladoras

La abeja ha sido concebida de tal modo que tenga capacidad para poder asegurar el transporte de cargas pesadas. Está dotada de un notable poder de levantamiento y de descenso previstos para el transporte de sus cargas.

Todos los animales alados, otros insectos, aves o murciélagos, no llevan más que a sí mismos por los aires, o puede llegar alguna carga nutritiva mínima, como un gusanito que encuentran en el piso. Los aviones fabricados por el hombre levantan cargas equivalentes a un 25 por ciento de su propio peso aproximadamente. La abeja transporta el 100%.

Para mantenerse en el aire, un avión dispone de alas enormes y rígidas pero a pesar de sus dimensiones, éstas no le sirven para su propulsión. No son ellas las que arrancan el aparato del suelo, y no le sostienen en el aire sino cuando ha alcanzado suficiente velocidad para crear una fuerte succión en su superficie superior. Sin embargo, la abeja, con sus alas relativamente cortas, no tiene necesidad de empuje alguno para elevar su cuerpo en el aire. No utiliza ni hélice ni alerones de dirección, pues sus alas le sirven al mismo para elevarla y para gobernarla en el aire.

Las alas, cortas y anchas, de esta maravillosa máquina voladora baten con gran celeridad, trazando en el aire unas figuras en forma de ocho. Modificando la forma de estos ochos, puede la abeja alternativamente avanzar, retroceder, elevarse, descender e incuso hacer un alto sobre el lugar. Únicamente le son imposibles el vuelo planeando y las acrobacias aéreas.

Fuente | Maravillas de la Naturaleza

Curiosidades Salvajes