Agua para mascotas: ¿Pueden beber la que quieran?

El agua es el líquido base para la existencia de la vida en el planeta. Y un componente fundamental para que podamos sobrevivir. Esto ha provocado todo tipo de rumores y el hecho de que toda la que bebamos deba ser tratada previamente con el fin de que pueda ser apta para el consumo humano. Esto también tiene que ver con los animales. Si el agua no es potable es recomendable que no la beba. Sin embargo, en ocasiones también pensamos si nuestras mascotas pueden beber el líquido que quieran.

Llegamos a la pregunta clave: ¿Qué tipo de agua es la adecuada para las mascotas? Mientras que algunos usuarios la proporcionan del grifo, otros optan por el agua embotellada debido a que parece de mayor calidad. De hecho, se piensa que el agua del grifo tiene alto contenido mineral, cloro y bacterias, componentes que podrían hacer daño a los animales.

En todo caso, hay que tener en cuenta que los estómagos de los perros, por ejemplo, suelen ser más resistentes que el de los Seres Humanos, pudiendo llegar a comer pasto, lamarse las patas u olerse con pocas consecuencias negativas. Por otra parte, la mayoría de animales dejan agua en el bebedero y solo recurren a ella tras un tiempo, cuando tienen sed. Este tiempo permite que algunos químicos se evaporen, y que los minerales se asienten en el fondo, provocando que el proceso de filtrado no sea necesario.

Entonces ¿Qué tipo de agua tienen que beber?

A decir verdad pueden beber cualquier tipo de agua, aunque es importante que los recipientes en los que se proporcione estén limpios, con la máxima higiene, y sin restos de comida que lleven ahí días. Esto último podría provocar problemas de salud por una posible putrefacción o por la presencia de bacterias. Si hace calor también es imprescindible que el líquido esté fresco.

En el caso de que no os fiéis en exceso, siempre podéis recurrir a un dispensador de agua, el cual proporcionará el líquido solo cuando sea necesario. Se trata de un objeto muy útil para este tipo de ocasiones.

En definitiva, tened en cuenta que el tipo de agua no importa, sino que tendremos que centrarnos en cómo la dipensamos.

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