Animales, juzgados como personas
Es evidente que los animales tienen sus propios derechos. Lo hemos demostrado en más de una ocasión. Sin embargo, también tienen algunas diferencias respecto de las personas. Algo que no entendían en exceso en la Edad Media, época en la que decidieron juzgar a los animales como si fueran seres humanos. Las situaciones eran bastante curiosas.
Trasladémonos momentáneamente hasta el año 1500, cuando los animales que habían cometido algún tipo de delito o infracción eran juzgados y condenados a diferentes penas. Juicios que, lamentablemente, eran bastante habituales. Por ejemplo, si un animal había atacado a alguien era posible denunciar el hecho. Incluso existían sentencias, según lo sucedido.
Los principales acusados eran los cerdos, aunque también había otras especies, como las langostas, que debían sentarse en el banquillo. Es necesario tener en cuenta que los accidentes eran de los más normal, por lo que los juicios se contaban por decenas. Las condenas variaban según el delito: algunos animales eran asesinados, mientras que otros eran excomulgados o alejados. Existían algunas especies que eran ahorcadas en la plaza pública y algunas a las que se les enviaban cartas para ejecutar la sentencia.
No podemos olvidar que en algunas ejecuciones incluso se vestía al animal como si se tratara de un ser humano. Por supuesto, los dueños eran los responsables de pagar las costas necesarias. Comprobad la similitud que había entre los juicios a humanos y a bestias salvajes.
Los juicios a animales se han mantenido hasta el siglo XX. Sin embargo, actualmente se trata de una práctica extinta que, afortunadamente, no se ha vuelto a ver. En cualquier caso, resulta curioso que, cuando un animales cometía algún tipo de delito, eran los mismos los que tenían que pagar con la condena impuesta. Situaciones que quedarán en la historia.
Vía | Wired
Foto | Archive.org
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