Así es la epilepsia en perros
La epilepsia es una de las enfermedades más graves que tienen los Seres Humanos. No en vano, se trata de un trastorno físico que afecta al cerebro y que puede provocar, en determinados momentos, movimientos abruptos y no coordinados. Es evidente que no se trata de una dolencia puramente letal, aunque sí que puede llegar a causar molestias y dolores de cabeza. En el caso de los animales el tema puede llegar a ser más grave por la simple razón de que en estos es más complicado de detectar y neutralizar.
En primer lugar hay que tener en cuenta que la epilepsia en perros no está considerada como una enfermedad psicológica o mental, sino puramente física. De hecho, algunas crisis epilépticas pueden ser efectos secundarios de otras enfermedades. Y, por supuesto, son un factor a tener muy en cuenta a la hora de detectar otras dolencias que sí que podrían afectar gravemente a la salud de los caninos.
La principal causa de la epilepsia en perros se desconoce, aunque sí sabemos que existen razas que la sufren más: Pastor Alemán o San Bernardo están entre ellas. En todo caso, los estudios han demostrado que las propias crisis epilépticas son debidas a un exceso de actividad eléctrica en determinadas neuronas.
Cómo tratar la epilepsia en perros
Teniendo en cuenta que la causa principal de la epilepsia en perros es desconocida, la principal medida que debemos imponer es la de aliviar los síntomas. Esto se consigue gracias a la administración de medicamentos anticonvulsivos, los cuales son los encargados de minimizar las molestias cuando se produce una crisis epiléptica.
Por supuesto, este tipo de medicamentos deben ser recetados por un veterinario profesional, dictaminando también un tratamiento que el dueño del perro deberá seguir en la medida de lo posible. Tampoco se deben descartar visitas frecuentes al profesional con el fin de comprobar el estado de los animales enfermos.
Acerca de cómo reaccionar ante un ataque epiléptico, la mejor manera es la de mantener la calma, colocar al animal en una superficie plana y estable y esperar a que el propio perro se recupere gracias a sus propias fuerzas. No es recomendable intentar sacar la lengua debido a que podría morderla o dañar a otra persona. Muy recomendable seguir el tratamiento recetado por el veterinario, con el fin de evitar este tipo de momentos.
Finalmente, mencionar que aunque la epilepsia en perros no se puede evitar, sí que podemos seguir una serie de recomendaciones con el fin de evitar sus daños.
vía | The Kennel Club
Fotos | PxHere | FlickR – smerikal
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