Ballenas, así duermen sin ahogarse
Estamos seguros de que la primera vez que vistéis cómo respiraban las ballenas os quedásteis sorprendidos. Sobre todo porque tienen la capacidad de respirar debajo del agua sin ahogarse. Aunque para algunas personas esta habilidad todavía es un misterio. No os preocupéis, por la explicación es mucho más sencilla de lo que parece.
En primer lugar hay que tener en cuenta que la respiración de los cetáceos en general es voluntaria, por lo que toman el aire de manera consciente, saliendo del agua para efectuar la operación. Aunque podría parecer un movimiento extraño en los casos en los que están dormidas. No obstante, los mamíferos marinos pueden tomar más aire en cada respiración gracias a unos pulmones bastante más grandes de los habituales. El aire que consiguen en la inhalación y exhalación es mucho más, además de que la cantidad de glóbulos rojos que transportan oxígeno también es mayor.
Cuando bucean, la sangre de los mamíferos marinos viaja solo a las zonas que necesitan oxígeno, como el corazón, el cerebro o los músculan que ayudan a nadar. De esta manera, procesos como la digestión esperan. Además, la tolerancia al CO2 es mayor, por lo que pueden almacenar niveles más altos que los de los mamíferos terrestres. En definitiva, los cetáceos pueden reducir la cantidad de respiración que ejecutan durante los períodos de descanso.
Pero ¿Cómo duermen las ballenas?
Debemos tener en cuenta que el sueño de las ballenas es diferente al nuestro: por lo general tienen una cantidad de sueño muy pequeña, con movimientos oculares que son rápidos y un grado de movimiento variable que es asociado al tamaño corporal y a un estado ocular asimétrico. Aunque lo más sorprendente es que las ballenas duermen descansando la mitad de su cerebro. Mientras una mitad está despierta, la otra está descansando y asegurando la ejecución de movimientos como la respiración o la reacción ante los peligros que podría haber en el entorno.
Hay que tener en cuenta que este sueño unihemisférico de ondas lentas les permite seguir moviéndose mientras duermen. No hay que olvidar que el sitio en el que duermen los cetáceos varía según la especie. Las ballenas grandes pueden descansar en la superficie en períodos de media hora. Así las respiraciones serán lentas y menos frecuentes que cuando están en activo. Hay que tener en cuenta que este acto no se puede llevar a cabo durante mucho tiempo, ya que perderían calor en sus cuerpos.
En definitiva, aunque las ballenas duermen, no lo hacen por completo, quedando una parte de sus cuerpos despierta con el fin de ejecutar algunos movimientos básicos. Por eso pueden respirar.
Vía | National Marine Life Center
Fotos | PxHere | Wikimedia Commons – José Eugenio Gómez Rodríguez
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