Biometano: el combustible residual del futuro
Pensar en energías verdes, lo más común es tener en mente lugares hermosos y fabulosos que nos dan a entender un mundo más limpio y mejor. Pero su procedencia puede ser de muchos otros sitios, como por ejemplo del cuarto de baño.
Ante todo, el metano es un gas ampliamente utilizado actualmente como combustible en turbinas o en generadores de vapor.
Su liberación incontrolada a la atmósfera aceleraría el proceso del calentamiento global, siendo un gas efecto invernadero 20 veces más potente que el CO2.
Aún así, se encuentra comúnmente en nuestras vidas, como fuente de calor para casas y cocina, en forma de gas natural.
Pero, no hace mucho tiempo, se esta empezando a utilizar como combustible alternativo de vehículos, conocido como gas natural comprimido (GNC).
Por otra parte, se encuentra la obtención de este gas. En la naturaleza, se produce como producto final de la putrefacción de las plantas y elementos orgánicos, también siendo posible obtenerlo de residuos humanos. Al conseguirlo desde esta última procedencia, se le ha dado el nombre de biometano.
Después de una demostración, un Volkswagen Beetle conducido por las calles de Bristol, fue todo un éxito entre la gente.
Ahora se espera que muchos coches puedan ser modificados para que puedan circular con biometano. De ahí, seria necesario una serie de instalaciones extras en el vehículo entre 3 y 4 días, con un coste aproximado de 2.500 euros.
A pesar de esta modificación en los coches, no elimina por completo la gasolina o el diésel, ya que un sistema que funcionara tan sólo con biometano sería posible, pero requeriría más cambios en el automóvil.
Actualmente el modelo de coche con biometano necesita la combustión de gasolina durante los primeros minutos de conducción, hasta que el coche consigue la temperatura adecuada.
En conclusión, los coches de biometano serán uno de los automóviles del futuro, teniendo en cuenta que empresas automovilísticas están buscando sustitutos a la gasolina y el diésel, pero de forma sostenible.
Vía | ECOticias