Los bosques que plantamos

La madera tiene una enorme importancia económica. La renta anual de la producción de madera en el mundo es casi el doble que la del acero. Por otra parte, la madera tiene una ventaja importante sobre los recursos minerales: se renueva. Mientras las personas interesadas comprendan que se deben plantear tantos árboles como se talan será posible obtener beneficios de la madera.

Sin embargo, muy poca gente considera sólo a los bosques por lo que representan en cuanto a valor económico en madera. Los bosques han sido cuidados disfrutados por la humanidad durante siglos. Algunos de los bosques más ricos y variados datan de varios siglos, cuando terratenientes afortunados plantaron grandes cantidades de árboles diferentes.

Los bosques, ya sean plantados por la mano del hombre o naturales, proporcionan un hogar a muchos animales y plantas. Los diferentes tipos de bosques tienen una flora y una fauna diferente. Los bosques con variedades planifolias tienen más especies porque permiten que penetre más luz que los de coníferas y, en consecuencia, pueden crecer más plantas en el sotobosque. Estas plantas alimentan a su vez a mayor variedad de animales.

En el pasado, las plantaciones de coníferas fueron criticadas como simples aventuras financieras que no reportaban beneficio alguno a la vida salvaje ni a las personas. Las coníferas eran plantadas en líneas apretadas y uniformes, disposición que hacia que los bosques fueran oscuros y tristes.

En la actualidad las plantaciones de coníferas se encuentran más espaciadas, a menudo con árboles de hoja ancha. Otro hecho alentador es que se ha demostrado que, a medida que estos bosques llegan a la madurez, albergan más vida salvaje de la que se había supuesto.

Fuente | Los Árboles de Plaza Janes

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