Los cerdos también salvan vidas

Los cerdos también salvan vidas

Escrito por: Olibana    18 septiembre 2009    3 minutos

El cerdo es uno de los animales más castigados por la mano del hombre, no sólo se le ha usado y malversado en su propio provecho para el consumo de su carne en alimentos, de su grasa en la industria cosmética, su piel para fabricar artículos y complementos de moda… También los científicos han echado mano de este animalito con el propósito de encontrar en él la curación a las enfermedades.

La Gripe A o gripe porcina ha desencadenado un rechazo global a la carne del cerdo, en beneficio de la conservación de esta especie, y por qué no decirlo, también en beneficio de la industria farmacéutica que vende a mansalva lotes innumerables de medicamentos de dudosa especie, que prometen pero no curan, las causas de esta virulencia.

La trasmisión de enfermedades de los cerdos al ser humano no es ninguna novedad. A lo largo de la historia de la domesticación de animales y la producción de alimentos, el cerdo ha trasmitido innumerables afecciones, como la triquinosis, la gripe, la brucelosis y otras tantas, que ya han pasado a la historia, gracias en gran medida a los controles veterinarios.

Se ha usado y abusado tanto de este pequeño animalito que, con frecuencia y debido al revuelo que los medios y las fuerzas culturales han levantado entorno a la Gripe porcina, los seres humanos hemos olvidado que el cerdo ha puesto también su gran aporte en la búsqueda de curaciones a las distintas enfermedades que han aquejado al ser humano.

Gracias a los cerdos los diabéticos han podido sobrevivir con la insulina del cerdo, hasta la aparición de los dudosos transgénicos en la medicina moderna. Hasta hace unos 30 años la insulina humana sintetizada no existía, y hasta los años 80 los diabéticos pudieron vivir dignamente con la ayuda de la insulina proporcionada por el cerdo. Los anticoagulantes, como la heparina, que ayudan a prevenir la aparición de la trombosis, se obtienen mayormente de dos fuentes animales, el pulmón bovino y el intestino del cerdo.

También se han utilizado las tripas del cerdo como suturas en los quirófanos, antes de la aparición de los hilos sintéticos para operaciones quirúrgicas. Las válvulas cardíacas en el ser humano cuando presentan problemas de apertura o de cierre, se sustituyen mediante dos procedimientos, uno artificial y otro biológico; las válvulas cardíacas biológicas provienen del cerdo.

Así también, los trasplantes de piel en casos de quemados; hormonas como la tiroxina, la oxitocina o la ACTH y una larga lista de propiedades que ofrece el cerdo a la farmacología y la ciencia. En el campo de la investigación genética se está experimentando con la creación de cerdos transgénicos que permitan garantizar una más elevada compatibilidad en los tejidos y que puedan también permitir que las expectativas de supervivencia en el caso de trasplantes de órganos, sean más elevadas.

Vía | Revista soitu