Cotorras alejandrinas

Las cotorras alejandrinas pertenecen al género Psittacula, igual que otras catorce especies de papagayos silvestres. Tienen origen asiático y suelen habitar bosques no muy frondosos, situados junto a ríos o arroyos. Las alejandrinas son comunes en cautividad y se han logrado vistosas mutaciones.

Dos características físicas de la cotorra alejandrina llaman poderosamente la atención: su enorme cola y su poderoso pico. La Psittacula eupatria mide casi 60 centímetros de largo (contando la cola). El enorme pico es muy superior al de otras especies de la familia, como la Psittacula krameri.

Existen cinco subespecies, muy parecidas entre ellas:

• Psittacula eupatría eupatria: es la subespecie nominal y posee coloración azul en nuca y cuello.
• Psittacula eupatria nipalensis: de mayor corpulencia que la anterior y un azul más difuso en nuca y cuello.
• Psittacula eupatria magnirostris: con un pico aún más corpulento que en la subespecie nominal.
• Psittacula eupatria avensis: posee un pico ligeramente menor y un color verde facial más pálido.
• Psittacula eupatria siamensis: con colores más pálidos y reflejos amarillos en las plumas del cuello.

Las cotorras alejandrinas presentan un clarísimo dimorfismo sexual. A los machos les adorna un collar rosado en la nuca, que se funde con una franja negra surgida del pico. Además, las hembras son, ligeramente, más pequeñas. En todas las subespecies el verde es el color predominante y se combina con el rosa, azul y amarillo en ciertas plumas y en determinadas subespecies.

Los hábitats naturales de las alejandrinas se extienden por amplias zonas de Afganistán, Pakistán, la India e Indochina. En Sri Lanka, la deforestación está provocando una reducción del número de ejemplares. El nombre, con el que se conoce a esta especie de loros, se debe a que fue Alejandro Magno el primero en llevar estas aves a Europa.

Vía | Lorilandia
Foto | Flickr-CharlesLam

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