Crear compost de forma artesana
El compost es el resultado de un proceso de humificación de la materia orgánica bajo condiciones controladas y en ausencia de suelo. Sirve como nutriente para el suelo mejorando su estructura y ayudando a reducir la erosión y aumentando la absorción de agua y nutrientes por parte de las plantas. Explicado así parece un proceso muy difícil de realizar de manera artificial pero no es así, fabricar tu propio compost para el jardín o el huerto es muy fácil.
Lo primero que se necesita es materia orgánica, esta materia orgánica la debemos de almacenar ya sea en verdaderos compostadores o simples cubetas de plástico o madera. Estos recipientes se deben colocar en un lugar donde no haya una gran variedad de cambios de temperatura y humedad. Si se puede colocar cerca de un árbol o en el propio suelo será mejor ya que así se activaran antes los organismos encargados de degradar la materia y a su vez estará protegido. A su vez, hay que tener cuidado de mantenerlo abierto durante la época más seca y cerrado si llueve.
También será necesario un tamiz o colador para retirar del compost las sustancias leñosas y otros restos no degradados, una trituradora vegetal si pretendes acelerar el proceso de degradación y, por último, una horca o rastrillo para airear la mezcla durante su preparación.
A continuación os explicamos los pasos a seguir para realizar el compost:
- Separar y almacenar los restos orgánicos
- Fabricar un suelo grueso de materiales leñosos para facilitar la circulación del aire en el proceso.
- Depositar al menos 50 cm de materiales secos y húmedos mezclados o en capas, para poner en marcha el proceso.
- A continuación ir depositando húmedos mezclados con secos (leñosos o de papel o cartón troceados, virutas, serrín, etc.), con una proporción del doble de húmedos que de secos, y finalizando siempre con una capa seca para que no se acerquen los insectos.
- Se pueden ir intercalando aceleradores de descomposición como compost viejo u otros especiales.
- Si observamos que hay mucha humedad debemos realizar agujeros con una vara o palo o remover la mezcla. Si por el contrario, el contenedor está seco debemos regarlo pero vigilando de no provocar encarchamientos.
- Cuando hayan pasado unos 4 o 5 meses se puede desmontar el contenedor y retirar el compost de la parte inferior, con este proceso ayudaremos a airear las capas y de paso obtendremos nuestro primer compost utilizable.
- Una vez tengamos el compost lo tamizamos para separar los elementos no compostados.
- Dejar reposar en lugar sombreado y seco durante un mínimo de un mes para asegurarse de eliminar invertebrados que puedan después perjudicar a nuestros cultivos.
Una cosa que no hemos comentado es que, aunque se esté descomponiendo materia orgánica no hay motivo para que se produzcan malos olores. El olor típico que caracteriza al compost sería el del suelo de un bosque recién mojado por la lluvia, si empieza a desprender olores desagradables es una buena señal de que algo falla en nuestro compost y es mejor no seguir adelante.
Como se puede ver es muy sencillo aunque trae su tiempo, pero es una de esas cosas curiosas y gratificantes de hacer. Nuestro compost artesano favorecerá la absorción y retención de agua por parte del suelo, permitirá que el aire circule mejor aireando las raíces, protegerá a las plantas de los cambios bruscos de temperatura y humedad, aportará nutrientes y evitará la entrada de sustancias tóxicas en las plantas.
Vía | CompostManual