Los cuernos de rinoceronte: Sudáfrica aprueba el comercio de forma legal

A pesar de los enormes esfuerzos legales llevados a cabo por el gobierno de Sudáfrica para impedir el comercio indiscriminado de los cuernos de rinoceronte, la corte constitucional de esa nación dio la estocada final y en 2017 declaró como legal esta actividad. Poniendo fin, de este modo, a más de 8 años durante los cuales era prohibida su venta. Lo cierto es que, detrás de las manipulaciones de diferentes sectores o la intención de frenar el flagelo con la legalización, el tribunal constitucional sudafricano ha sido el responsable de dar luz verde a una actividad que apunta seriamente a la extinción de una especie.

En un lado del conflicto de encuentra el Departamento de Asuntos Ambientales del Gobierno de Sudáfrica, que considera la legalización como un modo de oxigenar la demanda de ejemplares y promover la actividad de caza furtiva con el objetivo de legitimar ejemplares obtenidos de un modo fraudulento. Mientras que, al otro lado se encuentran sus partidarios, involucrados directamente en el comercio, quienes afirman que esta medida contribuye a controlar la demanda y frenar la actividad clandestina.

Si bien es cierto que el país africano conserva la mayor población de estos animales en todo el mundo (cerca del 70 %), los datos revelan que, como promedio, mueren unos mil ejemplares al año debido a su caza. Actualmente es muy sencillo obtener los documentos para efectuar el comercio de las cornamentas de esta especie. Al tiempo que toda aquella persona que disponga de sus documentos en regla podrá comprar y vender cualquier cantidad. Por otra parte, los extranjeros que lo dispongan podrán portar hasta dos ejemplares, siempre bajo la categoría definida como objetos personales.

Dentro de los destinos más frecuentes en este nefasto negocio se encuentran las naciones asiáticas, donde destacan especialmente China y Vietnam, lugares en los que se les atribuyen a estos elementos diferentes propiedades curativas. Es por ello que, en estos países, su precio puede alcanzar cifras verdaderamente altas, superando el precio de materiales preciosos como el oro, por ejemplo.

Por otra parte, el rinoceronte blanco es la raza que ha sufrido con mayor peso los efectos devastadores de la caza y comercio de los cuernos. Tanto es así que, en marzo del pasado año dejó de existir el último ejemplar macho del rinoceronte blanco del norte, dejando tras su partida dos hijas que constituyen hoy los únicos ejemplares vivos de la especie. Sudán o “el soltero más elegible”, como se le conocía popularmente, tenía 45 años al momento de su muerte y había sobrevivido a una etapa convulsa que tuvo lugar en la década de los años 70 del pasado siglo, donde la raza sufrió los embates más fuertes de la caza furtiva en toda la historia.

Estos datos y la situación actual en torno al comercio de los cuernos apuntan a una inminente extinción de la especie en Sudáfrica y, debido a su peso en la población mundial, también a una extinción global. Este fenómeno podría producirse en los próximos años si no se revierte el marco legal que hoy existe en esta nación.

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