El curioso caso del oso cantábrico
El oso cantábrico (Ursus arctos) es una subespecie de oso pardo, esto significa que es una variedad genética única, aunque aún se encuentra emparentada con el resto de subespecies de oso pardo. Los osos son especies con mucho carisma, es decir que son agradables al ser humano, es por eso que existen peluches y caricaturas en las que el oso siempre es un personaje bueno y usualmente el protagonista.
Gracias a estas características tan carismáticas, existen inmensos esfuerzos por conservar las poblaciones de osos. Entre estas, la del oso cantábrico es de vital importancia ya que están aislados del resto de poblaciones. Esto tiene otras implicaciones para la conservación, ya que existe aislamiento y con esto problemas de endogamia.
Existen en libertad un poco más de cien individuos, separados y aislados entre sí. Aunque existe alguna problemática con los ganaderos debido esporádicos ataques al ganado y a la apicultura en zonas rurales, las principales amenazas son la pérdida del hábitat y la fragmentación, además de los problemas genéticos y de la escasez de individuos reproductivos.
La mejor solución para recuperar estas poblaciones sería reforzarlas con individuos de otras poblaciones, pero de esta manera se perdería la característica única que hace al oso cantábrico, su genética. Por esto, los esfuerzos en conservación se han visto frenados. El punto de vista clásico que reza «el oso cántabro es el oso cántabro y punto» puede llevar a este hermoso oso cántabro a la extinción.
¿Deberíamos conservar a las especies por nuestra afinidad personal o deberíamos darle mayor importancia a las funciones que realizan en el ecosistema, que nos importa más de las especies, la identidad que le damos o su propia existencia?
Vía | Fundación Oso de Asturias
Foto | Flickr-neusitas
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