El día que, silbando, el Tapir salió de noche
Originalmente, el Tapir era un animal de costumbres diurnas. Pero algo ocurrió y comenzó su calvario. Se sintió perseguido, acorralado y finalmente asesinado por lo que decidió guarecerse en las sombras de la noche para escapar de su máximo enemigo: el hombre. En la actualidad el Tapir es considerado un animal nocturno.
El Tapir (Tapirus terrestris), también conocido como Anta, Gran Bestia o Vaca de Monte, es el mamífero más grande de América del Sur. Mide 1 metro de altura y hasta 2,50 metros de longitud. El macho adulto llega a pesar 300 kilogramos, poco comparado con su pariente asiático que llega a pesar 1 tonelada.
Su cuerpo compacto, sus patas cortas y su gran cabeza, hacen del Tapir un animal muy fuerte. Los mitos y leyendas de las culturas nativas hacen referencia a esa característica. Una de ellas, relatada en el noreste argentino, dice que quien usa un cinturón realizado con el cuero del Tapir adquiere la fuerza del animal.
Sus ojos son pequeños, sus orejas redondas y erectas y su labio superior se prolonga hasta convertirse en una trompa de notoria flexibilidad que le ayuda a adquirir su alimento. Su dieta está constituida de vegetales tiernos y algunos animales menores. Su cola es tan corta que pareciera no existir. Su cuero es grueso y su pelaje varía entre el rojizo y el pardo, aunque las crías presentan rayas y manchas más claras para camuflarse entre el follaje.
Habita desde América Central hasta el norte argentino y sus actividades están estrechamente vinculadas con la ribera de los ríos, arroyos y lagunas. Es un diestro nadador que se sumerge cuando se ve atacado y cuando necesita regular su temperatura corporal.
Un extraño silbido en la oscuridad
Es silencioso, solitario y sedentario; recorre senderos entre la selva y los matorrales en busca de alimento. Es común ver las huellas que dejan al pisar en las orillas fangosas de los cursos de agua. Se comunica con otros individuos mediante un curioso silbido que se asemeja al de algunas aves con los que comparte el hábitat.
Culturalmente es aceptada la consumición de su carne, pero la excesiva persecución de la que fue objeto, puso al Tapir en la lista de las especies en riesgo de extinción. En efecto: en varias zonas ya se lo considera un animal extinto.
Tiene poca vista pero el oído y el olfato están muy desarrollados. Cuando se siente perseguido comienza una carrera alocada y arremete con cuanto objeto o ser vivo se le ponga enfrente. Sus depredadores naturales son el Puma, el Yaguareté, el Yacaré y, por supuesto, el hombre.
Si nunca ocurrió, tal vez alguna vez suceda
Un turista está pescando en la orilla de un arroyo y de pronto escucha un silbido. Curioso, comienza a caminar lentamente, levemente agachado, apenas apoyando sus manos sobre sus rodillas, intentando descubrir al ave que originó aquel sonido. Repentinamente frente a sus ojos, viene hacia él, raudamente, un Tapir enceguecido buscando refugio en el agua. La colisión es inevitable. En el hospital, herido pero vivo, el turista sólo recuerda aquel extraño silbido de un pájaro desconocido.
Fuente | Guardaparques de El Palmar (Argentina)
Foto | Flickr