Extinción de los grandes mamíferos americanos
A comienzos de la era Mesozoica, América del Sur era parte de un subcontinente llamado Gondwana, con África, Antártica, Australia e India. A mediados de esta era comenzó la división que originó la actual configuración geográfica.
A pesar de que este territorio se encontraba separado de Laurasia, el súper continente del norte, poco antes de la extinción masiva llegaron desde allí gracias a una serie de hechos geológicos que se produjeron en lo que hoy es el territorio de América Central, grupos de mamíferos placentarios y marsupiales.
A pesar de que por largos periodos de tiempo existieron mamíferos en América del Sur, estos placentarios fueron los que evolucionaron y se fueron diversificando constituyendo el antecedente de los actuales.
América del Sur se volvió a separar de América del Norte y desde el Paleoceno hasta finales del Mioceno (de 65 a 7 millones de años atrás) quedó geográficamente aislada. Lo único que quedaba eran unos pocos inmigrantes placentarios y marsupiales que empezaron a evolucionar en un ambiente totalmente novedoso desde el punto de vista geográfico.
Durante los primeros 25 millones de años el elenco se redujo en cuanto al número de órdenes de mamíferos pero fue muy variado en cuanto a tipos adaptativos. Algunos marsupiales tomaron características de roedores. Otros de ellos las de los primates. Algunos Litopterna crearon un sistema locomotor de las patas que fue cambiando hasta obtener un solo gran dedo como el de los caballos actuales.
Por su parte, algunos marsupiales fueron evolucionando en formas gigantescas, carnívoras, comparables a los de los grandes felinos actuales.
El grupo creció con la llegada de dos tipos de mamíferos, roedores y primates, aparentemente de origen africano que cuentan con un registro fósil de hace unos 35 millones de años.
Estos nuevos grupos se fueron adaptando perfectamente al nuevo medio y evolucionaron en una gran variedad de especies.
Se podría decir que el Pleistoceno (periodo que abarca de 2.600.000 a 8.000 años antes que el presente) fue el momento culminante de un largo proceso de decenas de millones de años de evolución en el que se dieron cita en América del Sur grupos de mamíferos de diferentes orígenes.mAlgunos de ellos, entre los que podemos nombrar al Toxodon, Mylodon, Megatherium, Glyptodon, llegaron a convivir con los primeros pobladores humanos y muchos cuentan con sus representantes en la realidad.
Dos de los órdenes que habitaban América del Sur en el Pleistoceno no contaban con representantes actuales: los Notoungulados y los Litopterna. Del primer grupo podemos mencionar al Toxodon, un herbívoro que contaba con una talla parecida a la de un rinoceronte actual y del segundo grupo al Neolicaphrium, de aspecto parecido a nuestros actuales ciervos.
Los roedores, que son el grupo más diverso de los mamíferos vivientes y fósiles ya se encontraban presentes en el Pleistoceno sudamericano, había antecesores de carpinchos.
Desafortunadamente cuando estaba concluyendo el Pleistoceno y empezando la siguiente era, en el Holoceno (hace apenas 10.000 años) se extinguió gran parte de esta fantástica fauna.
La teoría más tradicional dice que las causas se debieron al ingreso de la fauna de Norteamérica, esto hizo que las especies entraran en competencia por nichos equivalentes. Que las formas que llegaron habían evolucionado en un contexto diferente y eran más versátiles que las locales, que habían vivido en aislamiento y no pudieron soportar la presión de la competencia.
Otra teoría dice que la causa fue que los gigantes eran más vulnerables a los cambios ambientales que los más pequeños.
Y otras teorías ponen al hombre como a un gran sospechoso de esa desaparición.
Los especialistas e investigadores tienden a pensar que la extinción de los megamamíferos fue consecuencia de una combinación de factores ambientales, florísticos y faunisticos además, obvio, de la presencia del hombre.
Fuente | Revista Muy Interesante
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