La garcilla cangrejera

La garcilla cangrejera (Ardeola ralloides) es un ave en grave peligro de extinción. Su presencia es usual en el sur de la Península Ibérica, su lugar favorito para la reproducción son las Marismas del Guadalquivir, aunque cada vez es más frecuente verla en otras zonas más al norte. Podemos aprovechar que hay muchos vuelos baratos a Sevilla para ir a observarlas.

Estas aves poseen un color pardo leonado. En la nuca tienen un moño colgante característico de color rojizo. Sus alas son totalmente blancas, por encima y por debajo. Se trata de un pájaro rechoncho con cuello robusto. Sus hábitos de vida son, la mayor parte del tiempo, solitarios o en pareja. No obstante, se convierten en animales gregarios durante la época de cría, momento en el que se unen un buen número de ejemplares formando grandes colonias.

Las garcillas cangrejeras son aves muy silenciosas, excepto en el tiempo de la reproducción. Al atardecer pueden oírse sus típicos gritos en busca de alimentos. Buena parte de su dieta está compuesta por peces, insectos, pequeños cangrejos etc. Las garcillas son migratorias. Se han anillado ejemplares en países como Yugoslavia o Hungría, rescatándose más tarde en Camerún y Nigeria (sus zonas de invernada). Del mismo modo, especímenes identificados en la Albufera de Valencia, se localizaron un par de años más tarde en Argelia o Mauritania.

El índice de garcillas cangrejeras y el porcentaje de supervivencia de las colonias varía según la protección que se preste a cada uno de los humedales naturales donde habita. Por ejemplo, en el área de la Albufera de Valencia estas aves no tienen depredadores naturales, pero sí son víctimas de los pesticidas lanzados desde las avionetas. Los pájaros perecen, directamente, por la acción de estos agentes químicos, aunque también pueden hacerlo de manera indirecta, por medio de la cadena alimenticia.

La garcilla cangrejera está considerada como ave en peligro de extinción dentro del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, junto a otras como el águila imperial, la cigüeña negra, el halcón tagarote, el avetoro, el alimoche, el quebrantahuesos o el porrón pardo. De la actuación del hombre depende su supervivencia. Si no ponemos medidas, para evitar los graves efectos que los productos químicos ejercen en la especie, pronto sólo podremos ver a estas simpáticas garcillas en las fotos de los libros o Internet.

Vía | Pajaricos
Foto | Flickr-FerranPestaña

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