Glaciares (Parte 2)
De acuerdo con sus características, se distinguen los siguientes tipos: glaciares de valle simple o alpino, por se característicos de los Alpes, pero también se encuentran localizados en las altas montañas. Descienden por las pendientes de las laderas y se encaminan por los valles; glaciares compuestos que se originan por la confluencia de dos o más glaciares simples, cada uno con su propia cuenca de alimentación; glaciares de ladera, que no alcanzan a bajar a los valles y quedan como mantos en las laderas de las altas montañas; los de circo o canaleta, que reencuentran ubicados en grandes nichos o surcos de las laderas; glaciares suspendidos, adosados a paredes rocosas y que al desprenderse, alimentan a los glaciares reconstituidos, es decir formados por desprendimientos y que no tienen una alimentación continua como los demás.
Otra familia de glaciares son los que se extienden e forma continua y se mueven en todas direcciones cubriendo grandes superficies. Se los denomina con la palabra dinamarquesa indlandsis, que significa hielo continental. Se los encuentra en las zonas polares, Groenlandia y la región oeste de la Patagonia argentina.
El hielo, por ser un sólido cristalino (es decir, intermedio entre la viscosidad y la plasticidad), se adapta a las formas propias de cada terreno. El glaciar comienza a moverse cuando aumenta el espesor del hielo en una pendiente marcada. La velocidad en la superficie es mayor en la zona central, pues el roce de los costados con las paredes de las montañas detiene algo el movimiento. Los movimientos se producen en la parte superior a causa del tremendo empuje originado por la acumulación de nieve o neviza en la cuenca de alimentación; en la parte inferior (zona de ablación) fundamentalmente por deslizamiento.
Fuente | Revista Muy Interesante