Golondrinas de mar

Golondrinas de mar

Escrito por: Leticia    15 septiembre 2009    2 minutos

Ubicándonos bien al norte de América, en la parte superior de la isla de Baffin, el cabo Columbia avanza hasta algunos grados del polo Norte. En ese lugar se encuentra un nido, y en ese nido dos pichoncitos que se encuentran cubiertos de pelusa. Son pollitos de las golondrinas de mar.

Sus picos se asoman fuera del nido, mientras esperan que sus madres vuelvan ya que han salido a buscar su comida. Su nido se encuentra rodeado de nieve que será sacada de ese lugar ni bien llegue el padre o la madre. Para elegir el lugar en donde instalaron su nido han volado mucho, nada menos que 17.000 kilómetros, desde su otro domicilio que se encuentra en el continente antártico, en las cercanías del polo Sur.

Sin contar con ningún instrumento de navegación han sobrepasado dos hemisferios para alcanzar el punto donde anidaron el año anterior.

Por mucho tiempo las migraciones de estas aves representaron para los hombres un misterio. No sabíamos bien si las golondrinas de mar del norte eran las mismas que las del sur. Para poder saber si era así fue necesario capturar las aves, anillarlas y volverlas a soltar. En cada uno de esos anillos figuraba una clave, con la fecha y el paraje en que este anillo había sido puesto a la pata del ave. Con el tiempo se fue recavando información (desde el año 1913) hasta que en 1948 ya se pudo armar la verdadera historia.

Abandonando sus hielos nativos del Ártico, las golondrinas toman la dirección sur, en el largo recorrido las golondrinas no posan en ninguna parte. A veces se paran, haciendo remolinos por encima de las olas, con el pico apuntando hacia abajo. Apenas alguna de ellas ve un pez que nade en la superficie, se cierra el abanico de su cola y el pájaro se abate como una flecha sobre su presa.

Cuando aparece la costa occidental de África, las golondrinas la bordean hasta su máximo saliente de occidente, donde se abren ante ellas diversas rutas. Unas se van a dirigir hacia el Oeste, sobrevolando el Atlántico para alcanzar la extremidad de Brasil y seguir hacia el sur hasta Tierra del Fuego y la Antártica. Otras van a preferir seguir la costa de África hasta la Ciudad del Cabo y atravesar a continuación los 3.000 kilómetros del Atlántico Sur que las separan de la Antártica.

Fuente | Revista Genios