Ida – el primer eslabón
Pasaron dos años de análisis bajo absoluto secreto en la Universidad del Museo de Historia Natural de Oslo antes que se difundiera una de las noticias científicas del siglo: el hallazgo es el primer eslabonen la cadena evolutiva del hombre.
El equipo internacional, desenterró los restos fósiles de un mamífero en la fosa Messel (Alemania). Los resultados fueron concluyentes: el fósil data de unos 47millones de años y pertenece a la raíz evolutiva antropoide, el linaje de primates que se extiende hasta el Homo sapiens.
El ejemplar resultó ser una hembra y fue nombrada Ida, vivió en un tramo convulsionado de la historia de nuestro planeta, cuando la cordillera del Himalaya se estaba formando y los bosques tropicales, que habían atestiguado la extinción masiva de los dinosaurios (65 millones de años atrás), comenzaban a poblarse de mamíferos.
Ida representa una especie que vivió una transición entre los Prosimios (el linaje que conduce hasta los actuales lémures) y los Antropoides. El esqueleto de Ida presentó evidencias anatómicas de rastros antropoides: dientes similares a los primeros y en lugar de garras tiene uñas como el resto de su familia evolutiva.
Tanto en sus manos como en sus pies tien cuatro dedos y un pulgar opuesto, que le permitía empuñar ramas para trepar y para alcanzar los frutos con cierta precisión, en sus talones había huesos Talus, que unen sus pies con los huesos inferiores de sus piernas y que responden al linaje antropoide.
Su visión frontal (igual que los humanos) le ofrecía un campo tridimensional. Los análisis forenses sugieren que Ida murió intoxicada por una neblina de dióxido de carbono (originada r actividad volcánica), que cubría la superficie del lago Messel.
Ida se hundió en el fondo del lago, donde se dieron las condiciones para que se conservara un 95 por ciento de su esqueleto e, incluso, el contenido de su estomago.
Imagen | Ida