Jabalíes ¿Por qué comienzan a ser un problema en las ciudades?
La presencia de jabalíes es algo que siempre se ha relacionado con el campo. Incluso en este, en ocasiones ha sido muy difícil encontrarlos debido a que suelen desempeñar una parte de su actividad de manera nocturna. Sin embargo, también es cierto que durante los últimos meses hemos visto cómo algunos de los ejemplares del jabalí invadían las ciudades, en ocasiones provocando problemas.
Hay que tener en cuenta que los jabalíes son animales que se adaptan a todo tipo de situaciones y que se reproducen fácilmente, lo cual repercute en su nivel de población. Y esto ha hecho, también, que aumente su presencia en las ciudades.
Por lo general, los jabalíes solo acceden a las ciudades en busca de alimento. De hecho, es una cuestión de simple supervivencia. Por supuesto, el aumento en la cantidad de comida disponible también está provocando que se reproduzcan con mayor facilidad. Incluso, si se adentran en las ciudades desde pequeños, también se acostumbran a las personas y vehículos, haciendo que abandonar las mismas sea mucho más complicado.
El peligro del jabalí en las ciudades
No hay duda de que si vemos un jabalí en la ciudad habrá miedo. Sin embargo, usualmente solo atacan en el caso de que se vean amenazados. Eso sí, un simple ataque puede tener consecuencias nefastas. Además, pueden provocar accidentes de tráfico. Este último es un inconveniente que hay que tener muy en cuenta, debido a la peligrosidad que conlleva.
Las soluciones que se manejan al problema son variadas, aunque el foco se está centrando en evitar que los jabalíes urbanos tengan acceso a alimentos en las ciudades. En los casos en los que esto sea posible también se está pensando en otras soluciones como el uso de repelentes o la propia castración.
En cualquiera de los casos, la presencia de jabalíes en las ciudades se ha convertido en un inconveniente complicado. Es necesario poner en marcha los esfuerzos necesarios con el fin de solucionarlo.
Vía | The Guardian
Fotos | PxHere | Pixabay – domeckopol
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