La lagartija colirroja usa su colorido como señuelo
El uso del color en la naturaleza es algo muy extendido y se utiliza en múltiples y variadas estrategias. Una de las más usadas es para camuflarse o asustar a los posibles depredadores para ahuyentarlos, aunque hay otros usos más sorprendentes. Por ejemplo, un reciente estudio ha descubierto que los ejemplares jóvenes de lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus) utilizan su color rojizo para que las agresiones de sus depredadores se dirijan a puntos no vitales de su anatomía.
Como el nombre de esta especie sugiere, la lagartija colirroja posee un tono rojizo en la zona de su cola y patas traseras cuando son jóvenes. De esta forma, los posibles depredadores dirigen sus ataques a esta zona más llamativa, sobre la cual los posibles daños serán de menor importancia e incluso inocuos. Hay que recordar que estos reptiles poseen la facultad de desprenderse de su cola, lo que unido al tono rojo de la misma, crea la distracción perfecta y permite la huida.
Esta estrategia cromática estaría definida para incrementar la tasa de supervivencia de los ejemplares más jóvenes de esta especie, ya que en los adultos la intensidad del color rojo se pierde. El estudio sugiere que a pesar de que el color rojo las hace más llamativas a los depredadores, sus ataques se dirigen a partes no vitales, lo que termina por incrementar la supervivencia de estos ejemplares.
Pero además, parece que esta tonalidad roja tiene una función adicional más, la de marcar a los ejemplares jóvenes frente a los maduros. De esta forma, los ejemplares adultos reconocen inmediatamente a los jóvenes como no competidores a la hora de la reproducción, lo que evita las agresiones innecesarias entre los miembros de esta especie.
Vía | Efe verde
Fotografía | José María Escolano
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