Las praderas de Posidonia oceanica
Pertenece a la familia de las Angiospermas, es decir de las plantas superiores, por lo que es una de las pocas plantas que han podido volver a su primitivo origen: el mar. Es una especie típica del Mediterráneo. Vive en profundidades que pueden oscilar desde prácticamente la superficie hasta los 40 m de profundidad (depende mucho de la cantidad de luz y del grado de contaminación del agua).
Crece sobre fondos arenosos a los cuales se aferra mediante unas potentes raíces y mediante rizomas aéreos se comunica con el resto del estolón. Forman un eje central o ‘tronco’ donde crecen hojas verdes acintadas llegando a mediar hasta un metro y medio.La vida media de sus brotes es de unos 30 años.
Florece en Otoño, aunque no siempre, y da unos frutos llamados «aceitunas de mar», unas bolas que, tras desprenderse de la planta, flotan hasta la orilla del mar donde suelen aparecer entre Mayo y Junio. Como curiosidad, esas pelotitas marrones de tacto áspero que llegan a la costa durante los temporales se trata de los rizomas. La planta, después de los temporales, se puede regenerar a un buen ritmo cosa que no ocurre cuando se trata de desperfectos por, motivos humanos como las artes de arrastre, anclaje de barcos, etc.
Con los rizomas y las hojas forma una retícula, a veces de varios metros de extensión, que ofrece numerosos escondites y las hojas suelen estar cubiertas de sedimentos. De hecho, están recubiertas de pequeñas algas que acceden de esta forma a la luz y de pequeños invertebrados que filtran las partículas en suspensión. Estos organismos que están fijos en las hojas, ya sean animales o vegetales, son llamados epifitos.
Asimismo podemos encontrar en las praderas de Posidonia gran cantidad de equinodermos: varias especies de estrellas de mar y numerosos erizos que se nutren de esta planta.
Los moluscos también encuentran aquí un refugio, concretamente los cefalópodos. Los pulpos viven en agujeros que ellos mismos preparan a su gusto y las sepias se esconden entre las hojas, cerca del fondo, adaptando su color para asegurarse un camuflaje perfecto. Ambos se alimentan de camarones, cangrejos y peces pequeños.
La Posidonia también atrae a numerosos peces (carnívoros y omnívoros) que se alimentan de crustáceos, erizos, moluscos, gusanos, etc. Esta planta representa para ellos una gran despensa y para algunas especies, incluso, una guardería para sus crías ya que sus rizomas y sus hojas entrelazadas aportan gran cantidad de escondites.
Uno de los efectos del follaje de la Posidonia es que frena la masa de agua ocasionando la caída de numerosas partículas en suspensión que sirve de alimento, no solo a los epifitos mencionados anteriormente sino también a otros filtradores, como los espirógrafos, las grandes ascidias y algunas esponjas.
Una de las propiedades más interesantes de esta planta es que es capaz de multiplicar la superficie del suelo entre 20 y 50 veces. Esto significa que en un metro cuadrado de suelo, los animales y vegetales fijos disponen de 20 a 50 metros cuadrados para establecerse. Además contribuye a paliar el efecto hidrodinámico del oleaje en la zona y protegiendo a las playas del efecto de las olas y mareas.
A parte de los problemas ya comentados como son la pesca de arrastre, el fondeo de barcos, la contaminación, las obras en las costas y otros, hay una amenaza que durante los últimos años ha causado cierta expectación entre la comunidad científica. Se trata de la llegada a las aguas mediterráneas de unas especies invasoras llamadas Caulerpa taxifolia (izquierda), conocida popularmente como alga asesina, y Caulerpa racemosa (abajo derecha), las dos introducidas de manera accidental y que compiten ferozmente con Posidonia por el hábitat.
Con motivo de la importancia ecológica que alberga esta planta, es prioritario un enfoque conservacionista por parte no tan sólo de las competencias políticas sino también de la sociedad en general. Así pues, precauciones como no fondear en zonas de praderas, ser cuidadosos buceando, mantener limpias las playas, o avisando de posibles avistamientos de las especies invasoras son algunos de los puntos importantes que todos deberíamos tener en cuenta para salvar estos bosques marinos que tanta riqueza biológica nos aportan y, como no, un paisaje precioso para los afortunados que pueden sumergirse en ellos.
Vía | Greenpeace y Wikipedia
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