Leptofelis vallesiensis, el primer gato que hubo en España
Siempre es bueno conocer los orígenes de los animales. Esto permite no solo la puesta en marcha de nuevos estudios, sino también que se les cuide mejor gracias a que les conocemos más de cerca. ¿Sabíais cuál fue el primer gato que hubo en España? Gracias a una investigación puesta en marcha por el Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC hemos podido saber que este honor corresponde a una especie que ha recibido el nombre de Leptofelis vallesiensis.
El descubrimiento ha permitido conocer que este animal habría vivido en España hace 10 millones de años. Se ha podido estudiar un esqueleto del mismo encontrado en los yacimientos del Cerro de los Batallones, mismo lugar en el que actualmente se encuentra Madrid.
Los detalles averiguados confirmarían que antaño se trataba de un gato muy esbelto y ágil, con un peso estomado de entre siete y nueve kilogramos. Incluso se parecería al gato montés. Además, su estructura física le daría una gran flexibilidad, pudiendo poner en marcha grandes saltos que les permitirían tanto cazar como protegerse.
Los paleontólogos que han estudiado el esqueleto han confirmado que su cuerpo tiene una combinación de caracteres primitivos y modernos, desvelando lo que han calificado como un «mosaico único» en sus huesos. Hay que destacar que las extremidades posteriores tendrían caracteres de felinos primitivos, incluyendo el fémur, la pelvis y el tobillo, mientras que las extremidades delanteras serían parecidas a las de los felinos modernos.
Un gato desconocido
Los investigadores que han descubierto el Leptofelis vallesiensis han destacado que esta combinación de huesos era desconocida hasta su descubrimiento, por lo que la aparición de este gato permitirá ayudar a conocer aún mejor a las especies que tenemos actualmente. Además, también permite obtener más información del período en el que estuvo el animal, el Mioceno superior.
Finalmente, mencionar que el Leptofelis vallesiensis era capaz de atrapar aves con una gran eficacia, incluyendo los momentos en los que intentaban volar. Y tenían una inserción mayor del quadratus plantae, un músculo ubicado en el calcáneo. Así, la musculatura de las extremidades era más potente. El diseño de los codos también les ayudaban a moverse de una manera más rápida y segura en el suelo.
Por otra parte, las últimas exploraciones en el territorio de los Batallones han permitido descubrir lo que podría ser otra especie de felino primitivo. Aunque las piezas indican que el animal sería más grande y quizá más antiguo que el encontrado recientemente.
Vía | MNCN
Fotos | Pixabay – Vikifawn | Pixnio
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