La lucha contra el mejillón cebra prosigue en la cuenca del Ebro
La lucha contra la expansión del mejillón cebra prosigue con sus esfuerzos de eliminar a este molusco de las aguas de la cuenca hidrográfica del Ebro. Esta especie invasora es una de las que más rápido se ha extendido por las aguas españolas y se ha convertido en una grave amenaza para los ecosistemas donde se ha instalado. Actualmente se está trabajando para desarrollar un nuevo sistema de monitorización para detectar con mayor precisión y celeridad la presencia de larvas de mejillón cebra (Dreissena polymorpha) en estas aguas.
Esta nueva tecnología se ha implementado en el embalse del Ebro con el objetivo de analizar su correcto funcionamiento y asegurar que la detección de las larvas se haga en un estadio prematuro que permita evitar la propagación del molusco. La Confederación realiza desde hace 12 años una campaña anual de control larvario de esta y otras especies exóticas invasoras en las masas de agua superficiales de la cuenca del Ebro.
El mejillón cebra es originario de los mares Caspio, Aral y Negro, aunque no fue hasta el siglo XIX se cuando se extendió masivamente por Europa a través de la navegación fluvial. Desde entonces esta especie ha colonizado multitud de ecosistemas llegando a las costas americanas e incluso a las islas del caribe. Su rápida expansión y natalidad explosiva hacen que sea una especie difícil de combatir, lo que unido a la falta de depredadores en sus nuevos entornos lo convierten en una amenaza para cualquier ecosistema que no esté preparado.
El primer «avistamiento» del mejillón cebra en el Ebro se produjo en 2001 y desde entonces se ha multiplicado de forma exponencial contándose por millones los ejemplares de este molusco. Por el momento no hay ningún medio eficaz para erradicar la amenaza de este molusco que desde su llegada a nuestras fronteras ha originado perdidas millonarias y amenazado la biodiversidad local de forma notable.
Fuente | EFE Verde
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