Los Nenets del Ártico ruso en peligro
Los nenets, una tribu de la helada península de Yamal en el Ártico ruso, han conseguido sobrevivir a la miseria que dejaron tras de sí los zares, la revolución bolchevique y la caótica época de los noventa, que siguió a la Perestroika. A pesar de su resistencia a los duros tiempos pasados, actualmente los Nenets se enfrentan a su mayor reto: el subsuelo de sus tierras contiene gas suficiente para calentar todo el planeta durante cinco años.
Se trata de un ambicioso plan de la gigante empresa del Estado Gazprom, que resultan ser los principales interesados en realizar las explotaciones de gas en esa zona. Pero el proyecto afecta a los nativos nenets y los territorios donde han vivido desde hace generaciones, una región que el Primer Ministro Putin se jacta de denominar como el almacén del gas y el petróleo del mundo.
La Gazprom se ha propuesto taladrar todo el territorio de la península de Yamal. Se trata de una región escasamente poblada, que se encuentra dentro del círculo Ártico a 2.000 kilómetros al noroeste de la capital, Moscú. Putin se trasladó hasta allí a finales de Septiembre, para tratar de atraer a los posibles inversores extranjeros, con el propósito de desarrollar el proyecto para la cuarta parte de las reservas mundiales de gas.
Pero en la otra cara del espectro se encuentran los nativos nenets y varios grupos de expertos en medioambiente, que afirman con insistencia, que el proyecto del Primer Ministro ruso afectaría gravemente la tundra; cuyo terreno plano y fangoso transforma su estampa, desde las rojizas caléndulas del verano a la fina nieve del invierno, salpicado con lagos termales y caminos de aguas azules y cristalinas.
Slava Vanuito, nativo nenet, de 34 años de edad, lamenta el hecho de que el Estado haya encontrado estos yacimientos de gas en este territorio, considera que los procesos de extracción serían catastróficos. Como muchos jóvenes nenets, Vanuito sirvió en la armada rusa y peleó contra los chechenos en el primer enfrentamiento separatista. Él decidió retornar a su vida nómada en Yamal, que significa el fin del mundo en su lengua nativa, parecida al finlandés.
Los nativos Nenets conforman una población alrededor de las 42 mil personas. Dependen para su subsistencia de los renos, que se mueven por las cimas de las montañas de Yamal y practican una religión animista. El mes pasado Putin abrió el camino del tren, que los expertos en medioambiente consideran el anuncio de un daño severo.
Esta línea de tren será la vía de transportación, desde el campo de gas más grande en Rusia, Bovanenkovo en la cima de Yamal, que abastecerá el circuito nórdico por los conductos de gas, hacia Alemania, a partir del año 2012 y que corre a través de dos tercios de los 700 kilómetros de longitud de la península.
Bruce Forbbes, profesor de investigación especializado en cambio global, en la Universidad de Lapland en Finlandia, afirma que las líneas del tren sólo nos muestran la punta del iceberg en términos de destrucción, pues entre otros daños causados por estas vías, los pastos del camino a lo largo del recorrido del tren han perdido su vegetación.
El gobierno ruso tiene mucho interés en desarrollar el proyecto de gas en la región de Yamal, tan pronto como sea posible. Actualmente, Yamal es la principal región productora de gas en Rusia. Gazprom afirma que la producción de Yamal proporciona al Estado alrededor de 20 millones de rublos al año, unos 665 millones de dólares, pero sin embargo, se niegan a ofrecer los datos de la distribución de los beneficios.
Vía | Reuters.
un comentario
De acuerdo a mi poca experiencia en cuanto al tema ambiental, considero que así mismo comenzó la destrucción del mar de Aral y mire usted en lo que se ha convertido hoy en día producto a no tener en cuenta el daño ambelntal a la zona donde se desarrole cualquier proyecto. Saludos Héctor