Otoño, época de plantar frutales
Las temperaturas comienzan a bajar y llega el otoño, este descenso de temperatura se muestra en los árboles mediante el cambio en la coloración de sus hojas. ¿Por qué se produce esto? El motivo es que los árboles se están preparando para el descanso letárgico ocurrido durante el invierno. Por ello, el otoño es un momento perfecto para plantar y trasplantar nuestros árboles, con la finalidad de que crezcan mucho más durante el próximo ciclo.
Es cierto que los árboles frutales pueden mantenerse en una maceta, pero siempre es preferible dejarles un espacio amplio, bien sea en una maceta de grandes dimensiones o en un suelo a nuestra elección.
¿Cómo y cuando plantar nuestros frutales?
El momento de la trasplantación lo muestran los propios frutales, se produce cuando pierdan toda la hoja. Una vez ocurre esto entran en una fase de aletargado, previa al descenso de las temperaturas y cuando podemos proceder a su trasplante sin que sufran daño alguno.
Plantar un árbol frutal no entraña una gran dificultad, siempre teniendo en cuenta que nos encontremos en el momento idóneo para su realización. Para permitir su correcto crecimiento y enraizamiento, debemos escarbar un hueco en el sustrato que cuente con entre unos diez y quince centímetros a mayores del diámetro del cepellón. Gracias a esto, los frutales trasplantados tendrán espacio de crecimiento en la tierra suelta.
Si queremos que el árbol esté por primera vez en el exterior, deberemos aclimatarlo durante varios días. Es un proceso sencillo, únicamente deberemos sacar la maceta al exterior aumentando las horas de exposición del árbol sucesivamente durante unos cuatro o cinco días. Tras ese periodo, podremos dejar ya nuestra planta fuera.
¿Qué aportan los principales productos agrícolas?
Para aumentar la efectividad de estos procesos y para evitar futuros problemas relacionados con la vida de nuestros frutales el Grupo Iñesta ofrece una gran diversidad de productos agrícolas. Hagamos un repaso de su finalidad:
- El fertilizante o abono nutricional: estos productos están diseñados para proveer a las plantas de los nutrientes esenciales, facilitando su absorción a través del sistema radicular o de la superficie foliar, garantizando la máxima capacidad de asimilación en todos los procesos metabólicos del cultivo. O para mejorar la estructura del suelo, facilitando la disponibilidad de los nutrientes en las formas asimilables para los cultivos, así como ayudando a mejorar la biodiversidad del suelo.
- Los inductores de autodefensa: formulaciones diseñadas para activar los mecanismos de defensa de las plantas, desencadenando cascadas de señales a nivel local y sistémico, permitiendo a la planta defenderse frente al ataque de agentes bióticos (hongos y bacterias)
- Los bioactivadores: productos diseñados y formulados con diferentes aminoácidos, polisacáridos o extractos vegetales, entre otros más complejos, que aplicados sobres las plantas son absorbidas de una forma más o menos inmediata. Estos productos buscan una mejora de los procesos fisiológicos de los cultivos mediante una activación del metabolismo de las plantas.
- Los antiestresantes son productos formulados principalmente con una combinación de aminoácidos que son rápidamente asimilados por las plantas, ayudándola a reducir los efectos originados por un estrés abiótico, tales como: sequía, temperaturas extremas, salinidad, etc.
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