Otra vez los topillos
En 2007 se produjo, en grandes áreas de Castilla y León, una importante plaga de topillos, que asoló cultivos y zonas agrícolas de la meseta castellana. Durante los últimos meses, se ha detectado nuevamente un aumento considerable de las poblaciones de topillo campesino y ratón moruno y las alarmas han vuelto a dispararse. Según algunas organizaciones ecologistas, se está cayendo en los mismos errores de hace cinco años, a la hora de controlar la invasión.
Los conservacionistas argumentan que acciones como la quema de cunetas, parcelas y desagües y la utilización de rodenticidas conllevan graves riesgos para la salud, perjudican la biodiversidad de la zona y afectan a la productividad de las tierras.
Los ecologistas han denunciado, igualmente, que tras la plaga de 2007 no se tomaron medidas, con el objetivo de evitar lo que ahora está sucediendo. Según estas ONGs, planificaciones agrarias para reducir la virulencia de las plagas han brillado por su ausencia. Al contrario y según los conservacionistas, sólo se han llevado a cabo actuaciones descoordinadas y, a su juicio, ineficaces.
Los efectos adversos para la biodiversidad, que se pueden producir como consecuencia de la aplicación de estas ineficaces acciones, son: la destrucción de hábitats, alimento y refugios de diversas especies, un aumento de la erosión e incendios etc. Además, los rodenticidas podrían acarrear graves problemas para la salud. Así, durante la anterior invasión de topillos se prohibió el consumo de pichones, al detectarse en las palomas índices elevados del veneno empleado para acabar con los roedores.
El comunicado, solicitando la implementación de medidas más eficaces para luchar contra la invasión de topillos, ha sido firmado por las siguientes organizaciones ecologistas: SEO BirdLife, Ecologistas en Acción, Adena, Acenva, Plataforma de la Cordillera Cantábrica, GREFA, Azálvaro, Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico y la de Naturalistas Palentinos.
Vía | Público
Foto | Flickr-Jkirkhart35