La plañidera cenicienta, o el ave que imita a las orugas venenosas
Sobrevivir en la naturaleza es una tarea ardua a la que todas las especies animales se enfrentan de alguna forma u otra. Una de las formas de lograrlo es aparentar ser lo que no se es, camuflándose con el entorno para pasar desapercibido o intentar imitar a alguna especie peligrosa con la que engañar a los depredadores potenciales. Una de estas tipologías de comportamiento es el mimetismo batesiano, por el cual una especie en concreto emula la apariencia de otra que es venenosa.
Este tipo de morfología es bastante común entre los insectos y algunos reptiles, pero también hay ejemplos como el de algunas aves como es el caso de la plañidera cenicienta (Laniocera hypopyrra), un ave amazónica cuyas crías poseen un plumaje que imita la forma de las orugas venenosas, llegando a copiar la apariencia de las vellosidades urticantes de estos invertebrados con el fin de evitar ser atacada por sus depredadores potenciales.
En el caso de esta especie, no solo se limita a mostrar una apariencia similar a la de las orugas, ya que los polluelos de la plañidera cenicienta imitan el comportamiento de dichas orugas cuando posibles depredadores se acercan al nido. Este tipo de comportamiento y plumaje permanece mientras las crías son vulnerables, ya que al llegar a la edad adulta, el plumaje se vuelve gris, como indica su nombre, y se abandonan esas tácticas disuasorias
Gracias a esta estrategia, la plañidera cenicienta asegura la supervivencia de sus crías en un entorno tan hostil como es el de la selva amazónica. Este comportamiento ha sido estudiado por la Universidad Icesi, de Cali (Colombia) en la que se ha analizado a estos polluelos y cómo actúan ante la presencia de los posibles depredadores.
Vía | Efe verde
Fotografía | Santiago David-Rivera
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