Por qué los perros no deberían comer caracoles

Por qué los perros no deberían comer caracoles

Escrito por: Ildefonso Gómez Herrera    22 enero 2019    2 minutos

Aunque nuestro perro se dedique a comer caracoles, estos pueden contagiarle parásitos que pongan en peligro su salud.

Es cierto que los Seres Humanos comemos caracoles, y que nuestras mascotas podrían ingerir alguno, sobre todo cuando estén en zonas en las que están presentes. Sin embargo, el resultado podría ser radicalmente diferente, si comparamos ambas situaciones. Y es que el hecho de que los perros coman caracoles crudos puede llegar a ser una actividad extremadamente peligrosa.

Debemos tener en cuenta que muchos caracoles son portadores de enfermedades que pueden contagiar a los mascotas. Esto es porque en su interior viven determinados tipos de parásitos o bacterias que cogen directamente del medio en el que viven. Y por lo tanto, es posible que se transmitan a otros animales. Con esto, por supuesto, no queremos decir que el primer caracol que se coman les vaya a contagiar algo. Aunque hay que tener cuidado.

Los dos tipos de caracoles más contagiosos son el Angiostrongylus vasorum y el Crenosoma vulpis. El primero contagia una enfermedad que reduce el número de plaquetas que hay en sangre, causando también trombosis, insuficiencia cardíaca congestiva, hematomas, obstrucción de las arterias pulmonares y pérdida de peso, entre otros. Si estas dolencias no son tratadas podrían derivar en la muerte del animal. De hecho, el propio caracol cría larvas que se desplazan a uno de los ventrículos del corazón del perro y a su arteria pulmonar, desarrollándose hasta ser adultos. En todo caso, se pueden detectar analizando las heces de los canes.

El otro caacol tiene una enfermedad, llamada neumonía verminosa, que se aloja en los pulmones, la tráquea, los bronquiolos y los bronquios, causando problemas en los mismos.

¿Qué hacer si mi perro come un caracol?

Caracoles

Por sí mismo, el hecho de que vuestro perro se coma un caracol no debería ser peligroso para la salud. El problema está en que lo ingerido le contagie alguna enfermedad que sí afecte a su estado. Para evitar esto o, al menos, para evitar las propias enfermedades, hay que educar a los perros para que no ingieran caracoles.

Por supuesto, no olvidéis estar atentos al estado de salud de los animales y, en el caso de que notéis algo raro o síntomas de que los mismos podrían estar enfermos, llevadlo al veterinario con el fin de que le hagan las pruebas pertinentes.

No olvidéis, en todo caso, que la previsión es fundamental con el fin de evitar futuros accidentes y problemas de salud con vuestras mascotas.

Vía | Dogster
Fotos | FlickR – Kate Brady | Max Pixel

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