Las Ramblas de Barcelona se quedan sin puestos de animales
Hace años que muchos colectivos de defensa de animales viene denunciando el estado precario de los puestecitos típicos de animales que se encuentran en Las Ramblas de Barcelona. Y desde hace años también se viene anunciando el cese de esta actividad que se originó hace ya 150 años en una de las zonas más turísticas de la ciudad condal pero parece ser que definitivamente después de este verano los puestos de animales darán paso a tiendecitas de venta de artesanía, chucherías, discos y souvenirs.
Muchos opinarán que este cambio augura una perdida de la esencia más tradicional de la ciudad y de la zona. Quién no ha sido niño, ha paseado por la Rambla y se ha enamorado platóniamente de alguno de los tan variados animales que podemos comprar. Pero es ley de vida evolucionar o simplemente cumplir con la legalidad ya que todo esto viene a partir de la Ley de protección de los animales de 2003 y la Ordenanza municipal de protección de los animales.
Si se tiene la oportunidad estos días de pasear por Las Ramblas, más concretamente por La Rambla alta donde se encuentran las últimas pajarerías abiertas de la zona se puede observar un panorama un tanto desolador, sobretodo para los pajareros. De las 11 pajarerías quedan 3 abiertas y ya no se observa esa variedad y cantidad de animales expuestos a la venta, todo esta ya casi listo para el cierre con el fin de la temporada veraniega.
Todas las pajarerías serán reformadas y rehabilitadas para su nueva función comercial con la cual pretenden darle un nuevo aire más actual y respetuoso a una de las zonas con más tránsito turístico de la ciudad haciendo así que el turista se lleve una mejor impresión de la ciudad. Los pajareros de la zona, pese a la decisión tomada presentaron una iniciativa con la cual permitir la existencia de una pajarería más amplia, de los 10 metros cuadrados que tiene una tienda en la actualidad a 40 metros, y que cumpliera con la normativa vigente. Para así mantener de forma testimonial el recuerdo de lo que antaño era una tradición de Las Ramblas, pero la iniciativa no ha prosperado ya que no se podía garantizar la actividad comercial y el bienestar de los animales.
Como ya hemos comentado existe una gran diversidad de opiniones respecto a la nueva trayectoría de Las Ramblas. «A los extranjeros les gusta porque es algo típico de aquí y les apetece probar. Pero con la gente del barrio hay de todo; algunos sentían pena por los animales encerrados y otros lo consideran algo típico de Las Ramblas que quieren que persista», explica Núria Baringue, encargada de la nueva tienda «Coques de Barcelona», que antes del traspaso era una pajarería situada frente a la Iglesia Belén.
Se podría decir que ha sido toda una victoria para los defensores de los animales que llevaban años denunciando el pésimo estado en el que se encontraban los animales, logrando así que Las Ramblas sean un lugar más ético y moral. pero no obstante, quedará la tristeza, el recuerdo de la tradición que todos hemos sentido y vivido alguna vez.
Via | EFEverde