Ratas negras para conocer vestigios de la peste de 1649
No es la primera vez que ocurre que, cuando se realizan obras o excavaciones, se encuentran restos de animales muertos que nos permiten conocer detalles de la historia que, hasta ahora, nos eran desconocidas. Algo parecido a lo que comentamos ha sucedido en las excavaciones arqueológicas que se realizaron en 2017 en el edificio regionalista del antiguo mercado de la Puerta de Carne, en Sevilla. Y es que en la zona se encontraron restos óseos de 684 animales vertebrados o invertebrados.
El descubrimiento va más allá, ya que se encontraron 26 ratas negras que, al parecer, tendrían que ver con el brote de peste que tuvo lugar en Sevilla entre mayo y junio de 1649. La investigación llevada a cabo afirma que las catas arqueológicas confirman el reflejo de una estratigrafía que daría comienzo en el siglo XV, el cual coincidiría con «la construcción del matadero«. Las pruebas abarcarían hasta el siglo XVII.
Por supuesto, las excavaciones permitieron encontrar todo tipo de objetos usados en la época, aunque tenemos que centrarnos en los 684 ejemplares de animales muertos, en los que hay 25 vacas, dos caballos, nueve cerdos, 18 cabras u ovejas, un perro, dos gatos, cuatro conejos, una rata de color gris, un roedor sin determinar, cinco gallos, seis aves sin especificar, ocho peces, dos ranas y sapos, 40 ostras planas, seis almejas, un berberecho y otros moluscos. La lista es bastante larga, aunque vamos a echarle un vistazo a lo que ha permitido comprobar el hecho de encontrar 26 ratas negras.
Ratas negras para investigar la peste
Los investigadores han destacado la frecuencia con la existen los bóvidos y «la abundancia de ratas en los estratos datados en el siglo XVII, además de la ausencia de peces vinculadas a actividades cinegéticas«.
En cuanto a los huesos de extremidades y vértebras correspondientes a las 26 ratas negras, los investigadores afirman que podría deberse a «la muerte de un grupo in situ, o a una acumulación producida por humanos después de haberlas matado«. En todo caso, la presencia de los ejemplares es «un testigo fósil de alguno de esos periodos críticos en la historia de Sevilla«.
Es curioso que los restos de animales ya fallecidos permitan comprobar este tipo de datos. En este caso se atestigua el hecho de que la peste llegó a Sevilla en un periodo concreto.
Vía | SPAL
Fotos | Pixabay – sipa | Wikimedia Commons – division, CSIRO
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