Santuarios de animales, cómo identificar si son falsos

Teniendo en cuenta que viajar se ha convertido en una moda más, no es de extrañar que haya ciertos lugares a los que los turistas acuden con más asiduidad. Entre estos sitios se incluyen los santuarios de animales. En estos se ubican especies en cautividad, pero que a la vez reciben una serie muy estricta de cuidados, pudiendo así vivir con tranquilidad. Sin embargo, también hay personas que se están esforzando para poner en marcha falsos santuarios con el fin de obtener financiación.

Hay que tener en cuenta que bajo el nombre de santuarios de animales se están ubicando sitios falsos que nada tienen que ver con santuarios reales, por lo tanto es conveniente que los identifiquemos correctamente.

Antes de nada, sabed que los santuarios de animales tienen animales en cautividad que no pueden ser liberados al medio, incluyendo especies que previamente han estado en circos o en centros de esperimentación. Por lo tanto, lo más común es encontrar animales adultos. De hecho, la cría de especies es algo bastante extraño.

Los animales tampoco se pueden tocar

Otra característica de los santuarios de animales es que estos no se pueden tocar, por norma general. Teniendo en cuenta que los animales de los que hablamos han sido víctimas de cualquier tipo de barbaridad, es normal que estén extremadamente protegidos para que no se hagan daño ni a sí mismos ni a los demás. Por supuesto, también se lucha contra actividades ilegales. Los falsos santuarios de animales normalmente permiten la interacción con las especies, algo que podría poner en peligro a los usuarios.

Finalmente, decir que la promoción de los santuarios de animales no suele ser muy extensa. Lo que se busca es que los animales descansen, no que sean visitados por los usuarios.

Teniendo en cuenta estos conceptos podríamos decir que identificar falsos santuarios de animales es algo realmente sencillo. Solo es necesario estar atentos a las características de las instalaciones.

Vía | The Guardian
Foto | Pixnio – D. Ott, USAID

Curiosidades #santuarios