Los perros agresivos son maleducados, parte 1
Hace algunos años fui atacado por un perro dobermann que, imprevistamente, se soltó de la cadena que lo tenía amarrado a un poste y se abalanzó intentando morderme en el cuello. Mi contextura física, y sobre todo mi altura, me ayudaron a retroceder sin caer al piso, mientras, desesperadamente, me defendía a golpes de puño.