El conocido cambio climático está teniendo consecuencias imprevisibles. El planeta se está calentando más de que lo debiera, provocando que los animales tengan que llevar a cabo actitudes anormales. Ya sabéis que la naturaleza es sabia, y no resulta extraño que las mismas especies que están resultando perjudicadas se terminen adaptando a las nuevas situaciones.
Pese a su apariencia de inertes y pasivas, las plantas también sufren, se defienden y hasta sienten los dientes de quienes las devoran. Esto es debido a la hormona del peligro, la llamada jasmonato; similar a la adrenalina de los humanos. La misión de esta pequeña molécula, que se antoja fundamental para la supervivencia de los vegetales, es actuar de centinela, avisar de una amenaza exterior -un animal herbívoro, un hongo, un insecto, una bacteria, un cambio brusco de temperatura- y oponer resistencia.
Según un artículo publicado en la revista Nature, las papayas poseen copias adicionales de genes que las hacen nutritivas y dulces, informaron investigadores en un estudio que pretende dar explicación a la evolución de algunas plantas.
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El cambio climático podría aumentar la cantidad de animales híbridos