En vez de ser consecuentes con el gran desastre humano ocurrido en esta localidad italiana durante esta semana presente, como ya habeis podido leer en los anteriores post, los bancos en vez de ayudar, se han puesto manos a la obra para perseguir y acosar a la gente, tan desgraciada ya en estos momentos, para que paguen los plazos de la hipoteca.
Tras el terrible terremoto del pasado lunes, las consecuencias aún se dejan notar en la ciudad, si la podemos seguir llamando así ya que unas 50.000 viviendas se han venido abajo.