Morir de manera sostenible
La preocupación por el medio natural, por fortuna, se extiende a ámbitos insospechados hasta ahora. En los últimos años, han prosperado las industrias de ataúdes y urnas biodegradables. Aparte de un incuestionable beneficio medioambiental, estos nuevos accesorios funerarios resultan mucho más baratos que los convencionales. Si el precio de un féretro tradicional oscila, en nuestro país, entre los 300 y los 3000 euros, el sostenible ronda los 50 euros. Los materiales que se emplean, para elaborar estos novedosos sarcófagos, son el cartón reciclado, el bambú y algunas fibras de origen vegetal.