La tragedia del oso luna
El oso luna u oso negro asiático es víctima, desde hace miles de años, de los seguidores de la medicina tradicional china. Para ésta, la bilis de esta especie constituye un remedio eficaz para curar la impotencia sexual, el cáncer y otras patologías. Las capturas y persecución a los osos ocurren en Asia desde hace siglos, pero sólo hace veinte años que se impulsaron las granjas biliares. Se trata de instalaciones donde cientos de animales malviven enjaulados, para ser empleados como donantes forzosos de ácido biliar.
Las granjas biliares están siendo creadas en países como China, Vietnam o Corea. Lo más asombroso es que estas empresas cuentan con apoyos económicos institucionales, por parte de los gobiernos de estos estados. Los métodos empleados en estas instalaciones no pueden ser más lamentables. Se encierran a los animales en pequeñas jaulas durante años, se les colocan catéteres para extraer el ácido biliar e, incluso, pueden llegar a ser maniatados. El resultado es un sufrimiento insoportable, físico y psicológico, para estos osos asiáticos.
Pero no sólo el oso luna es maltratado en Asia. De las ocho especies de osos autóctonas de aquellas zonas del mundo, siete sufren la persecución del hombre, en busca de la anhelada bilis. Sólo los pandas gigantes se libran de estas crueles prácticas.
El oso negro asiático (Ursus thibetanus) se caracteriza por poseer en el pecho una mancha blanca, parecida a una media luna. Es una especie protegida por CITES, se considera en estado crítico de desaparición. El descenso de la población de osos luna se debe a la persecución indiscriminada por parte del hombre y al cotizado líquido dorado, que porta en su vesícula e hígado.
A los ejemplares capturados se les hace una incisión en el abdomen, hasta llegar a la vesícula biliar. Con un tubo se drena, gota a gota, el ácido, hasta llenar los recipientes colocados al efecto. Estas operaciones se realizan, por lo general, sin ningún tipo de medida higiénica o sanitaria.
En el año 2.000, nació un centro de rescate de osos luna. La institución ha acogido más de dos centenares de ejemplares, llegados de diversas granjas clandestinas. El objetivo es la recuperación y completa socialización de los especímenes heridos, con la ayuda de otros osos plenamente recuperados y que disfrutan, nuevamente, de la naturaleza. En otros casos, los daños físicos son tan devastadores, que los animales no consiguen, jamás, tener esa segunda oportunidad.
Vía | Ecosofía
Foto | Flickr-Thomaswanhoff
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