Tristeza bovina, el grupo de enfermedades que afectan al ganado
Las palabras «tristeza bovina» suelen ser bastante pronunciadas por los ganaderos. Sin embargo, no se trata de una enfermedad que tenga que ver con los sentimientos del ganado. Más bien, tenemos que prestar atención a un grupo de enfermedades que suelen estar presentes en el ganado vacuno. Hablamos, más exactamente, de un parásito y una bacteria, transmitidos ambos por la picadura de la garrapata común de los bovinos (Rhipicephalus microplus), que pueden dar lugar a enfermedades vectoriales.
El término con el que se define a la tristeza bovina tiene que ver directamente con los síntomas que provoca esta dolencia, entre los que se incluyen un estado de apatía e indiferencia en los animales, respecto de sus compañeros. De hecho, los animales pierden el interés en otros ejemplares de la misma especie y del medio que las rodea.
Hay que aclarar que la tristeza bovina hace referencia a dos enfermedades: la babesiosis y la anaplasmosis bovina, que son provocadas por los parásitos del género Babesia y las bacterias gram-negativas (Anaplasma marginale).
Hay que aclarar que el grupo de enfermedades del que hemos hablado puede llegar a afectar a todo tipo de bovinos, aunque la gravedad de los síntomas depende bastante de factores como la edad del animal. En todo caso, es imprescindible diagnosticar la tristeza bovina, detectándola con el suficiente tiempo para poder tratarla.
La tristeza bovina ha dado, y da, bastantes dolores de cabeza a los ganaderos, aunque es posible realizar un diagnóstico que permita adelantarse a sus efectos, evitando daños a largo plazo producidos por el deterioro que provocan las enfermedades que suceden.
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