VIF, el VIH de los gatos

VIF, el VIH de los gatos

Escrito por: Ildefonso Gómez Herrera    6 febrero 2019    2 minutos

El VIF es el VIH de los gatos, y tiene efectos parecidos. Aunque es posible prevenir la enfermedad y minimizar daños.

A pesar de que los gatos parezcan animales bastante fuertes, tenemos que decir que ellos también pueden contraer enfermedades, y que en más de una ocasión tendremos que tratarlos con el fin de eliminar esas dolencias. Es posible que conozcáis el VIH, aunque también es posible que desconozcáis que los felinos tienen una enfermedad parecida, pero con algunas diferencias.

El VIF es el VIH de los gatos, que en este caso cambia su nombre a Virus de la Inmunodeficiencia Felina. Solo afecta a los gatos y no puede ser transmitido a los Seres Humanos. De nuevo, se trata de un virus que afecta y destruye sobre todo a los linfocitos T del sistema inmunológico de los animales. Esto hará que el organismo de los gatos sea más vulnerable a enfermedades, ya que tendrán unas defensas menores. El VIF no tiene cura, aunque se puede prevenir.

En cuanto a las formas de contagio, hablamos del contacto directo con la sangre o saliva de un gato infectado, situaciones que se pueden dar sobre todo en las peleas con otros felinos. Hay que tener en cuenta que el VIF también puede ser contagiado de manera congénita, de madres a hijos, durante el embarazo o el parto.

Los síntomas son básicos y apenas se notan, aunque debéis tener en cuenta aquellas situaciones en las que los gatos son afectados por diferentes tipos de infecciones, continuamente. De hecho, comprobaréis que está enfermo casi constantemente. Estas dolencias suelen darse meses después del contagio, en un tiempo que varía.

Cómo se trata el VIF

Gato

El tratamiento que tiene el VIF se basa principalmente en fortalecer e impedir el deterioro del sistema inmunitario de los gatos que están infectados. De hecho, se deben tener en cuenta factores como la alimentación, las vitaminas y los suplementos naturales, ya que estos componentes ayudarán a incrementar la fortaleza de las defensas del animal.

Por otra parte, tras llevar al gato al veterinario, es posible que el mismo suministre algunos fármacos antimicrobianos y antiinflamatorios, que ayudarán a combatir otras enfermedades que pudieran afectar al animal. Por supuesto, es imprescindible evitar exponer al felino a situaciones que pongan en riesgo su salud.

En cuanto a la prevención, llevad a cabo una buena alimentación respecto del gato, medicina preventiva, en el caso de ser posible, y un ejercicio físico y mental moderado. No olvidéis que el ambiente dónde vivan los gatos debe ser positivo, seguro y con la higiene conveniente.

Aunque el VIF no tiene cura, sí que se pueden poner en marcha otras medidas con el fin de disminuir el riesgo de infección, además de fortalecer las defensas de los gatos.

Vía | ASM Journals
Fotos | Pexels – Pixabay | PxHere – muzaffer şengül

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