La vista, el sentido más desarrollado de las aves rapaces

Si mencionamos a un ave rapaz, estamos seguros de que enseguida os vendrá a la cabeza su impresionante sentido de la vista. Resulta sorprendente que algunas de estas aves puedan ver en la oscuridad o incluso a varias kilómetros de su posición. Hay que tener en cuenta que existen varios factores que ayudan a que esta habilidad se desarrolle, incluyendo una membrana extra, transparente y móvil que los animales pueden utilizar con el fin de hacer gala de su impresionante vista.

Primero hay que tener en cuenta que las aves rapaces tienen dos tipos de receptores de luz: los bastoncillos y los conos. Los bastoncillos son sensibles a la luminosidad, por lo que son ventajosos a la hora de proporcionar la conocida visión nocturna. También es cierto que pueden ver la luz ultravioleta, con patrones de camuflaje que cambian de color según la cantidad de luz del sol que les llegue.

Por otra parte hay que mencionar que pueden percibir los «destellos» que provocan otros animales, o incluso sus movimientos, sin importar si son lentos o rápidos. Así pueden cazar con una mayor efectividad.

En cuanto a la distancia, las aves rapaces cuentan con una cantidad densidad de receptores, lo que significa que tienen una vista parecida a la de los prismáticos, pudiendo ver a grandes distancias. De hecho, su campo de visión oscila entre los 35º y los 50º gracias al lugar en el que tienen situados los ojos. Su cuello también es flexible, pudiendo girar la cabeza en un ángulo de 300º.

Todas estas características provocan que la vista de las aves rapaces esté mucho más desarrollada que la de otros animales, provocando a la vez que puedan sobrevivir según su estilo de vida. Características que, dicho sea de paso, les proporciona muchas ventajas.

Vía | SeaWorld
Foto | Pixabay – rbesken

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