Zarza, un buitre negro «viajero» cruza el Mediterráneo para asentarse en Menorca
Algunos animales poseen un deseo innato por recorrer amplios territorios en busca de nuevos horizontes. A pesar de que lo más común es que las especies se comporten de una forma determinada, existen algunos ejemplares que por algún motivo poseen un «gen viajero» que les impulsa a buscar nuevos lugares en los que asentarse. Hace un año el lince ibérico Kentaro nos sorprendió con un viaje de mil kilómetros que lo llevó de Extremadura a La Rioja. Ahora es Zarza, un buitre negro el que ha emprendido una gran travesía.
Zarza es una hembra nacida en las instalaciones de la organización GREFA. Un ejemplar singular desde el mismo desde su complicada eclosión que necesitó de toda la pericia de los profesionales de la agrupación para salir adelante. Tras superar este complicado proceso y completar la fase de crecimiento, Zarza fue destinada al proyecto de reintroducción del buitre negro que GREFA desarrolla en Pirineos. Tras pasar cinco semanas en su zona de reintroducción prepirenaica, el buitre comenzó a desplazarse de forma sorprendente.
«Después de un vuelo hacia los alrededores de Lleida capital y un breve regreso a la zona de reintroducción, nuestra amiga se fue directa a la costa de Barcelona, concretamente a una playa al lado del aeropuerto de El Prat, y durmió una noche en el Delta del Llobregat. Desde ahí, al día siguiente, contra todo pronóstico y posiblemente obligado por la fuerza del viento, «Zarza» se adentró en el mar Mediterráneo. Cuál no sería nuestro asombro cuando comprobamos que la descarga de datos trasmitidos por su emisor GPS nos indicaba que «Zarza» alcanzó la isla de Menorca el pasado 9 de noviembre, tal y como se pudo comprobar visual y fotográficamente», destaca GREFA.
Este suceso va más allá de lo meramente anecdótico ya que la distancia recorrida por este ejemplar es considerable y hay que tener en cuenta varios factores. Los buitres son aves muy pesadas que utilizan para desplazarse las corrientes térmicas para facilitar su vuelo, pero este fenómeno no se produce sobre grandes masas de agua. Lo que significa que para llegar hasta Menorca realizó un viaje de 200 kilómetros sin ningún tipo de ayuda, lo que es todo una proeza para un ave como esta.
Fuente | GREFA
Fotografía | GREFA
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